Las deportistas jóvenes son generalmente impresionables y tal recomendación puede ser percibida como un requerimiento para la mejora en la ejecución.
Los trastornos de la conducta alimentaria se dan a lo largo de toda la vida en ambos sexos, siendo más frecuentes en mujeres durante la adolescencia. Los deportistas constituyen la población con más riesgo para desarrollar estos trastornos debido al entorno que les rodea, que llega no solo a precipitar estos tipos de desórdenes, sino que incluso los justifica.
Deportes con más riesgo
“Mientras que en los deportes de equipo (como baloncesto, fútbol, balonmano, hockey) el peso es importante, pero no lo es tanto, en los deportes donde el bajo peso siempre es la norma o por estética (gimnasia rítmica, salto de trampolín o natación sincronizada) o por rendimiento (los deportes de fondo y el ciclismo) se dan muchos errores en la alimentación”, según Palacios. “En la natación sincronizada y la gimnasia rítmica siempre te vas a mover mejor con menos peso y también resultas más estilizada. Tienen que presentar un bajo peso de manera constante porque están compitiendo todo el año”, especifica.
Asimismo, en deportes de combate en los que hay una categoría de peso (judo, taekwondo, kárate, boxeo, lucha libre, lucha grecorromana) se cometen errores como no comer durante días, meterse en saunas, entrenar con plásticos. Algunos de estos deportistas lo hacen porque tienen que perder, por ejemplo, 4 kilogramos en dos días con el objetivo de dar el peso para el combate. Dicen que entrenan mejor pesando más. Antes de combatir se deshidratan y después de dar el pesaje comen gran cantidad de alimentos e ingieren muchos líquidos.
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